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viernes, 24 de mayo de 2024

Diccionario de Fobias



    En este diccionario encontraras una gran variedad de fobias ya registradas.

A

Ablutofobia: Tener miedo a lavarse o a bañarse.

Acarofobia: Del griego akari, ácaro; es el miedo irracional a los ácaros, la picadura de los insectos y a los insectos que pican.

Acerofobia: Tener miedo a los ácidos.

Acluofobia: Tener miedo a la oscuridad.

Acrofobia: Tener miedo a las alturas (no confundir con Vértigo).

Acusticofobia: Tener miedo a los ruidos.

Aeroacrofobia: Tener miedo a los lugares abiertos y altos.

Aerofobia o aviatofobia: Tener miedo a volar con aviones.

Afenfosfobia o hafefobia: Tener miedo a ser tocado, por la posible contaminación o la invasión del espacio privado.

Agateofobia, dementofobia o maniafobia: Tener miedo a la locura o a volverse loco.

Agirofobia: Tener miedo a cruzar la calle por temor a ser atropellado.

Agliofobia: Tener miedo a experimentar alguna clase de dolor.

Agorafobia: Tener miedo a lugares abiertos, a los cerrados con multitudes y en general a cualquiera del que la persona considere que no es posible huir de él de forma inmediata, para volver a un lugar «seguro» como puede ser el hogar.

Agrafobia: Tener miedo un posible abuso sexual.

Agrizoofobia: Tener miedo a los animales salvajes.

Aicmofobia: Tener miedo a los objetos puntiagudos como las agujas u otros.

Ailurofobia: Tener miedo a encontrarse frente a un gato.

Albuminurofobia: Tener miedo a tener alguna enfermedad renal.

Alectrofobia: Tener miedo a los gallos, gallinas y aves de corral en general.

Algofobia o agliofobia: Tener miedo a experimentar alguna clase de dolor.

Alliumfobia: Tener miedo a los ajos.

Allodoxafobia: Tener miedo a emitir una opinión propia.

Altofobia: Tener miedo a las alturas.

Amathofobia: Tener miedo al polvo que se acumula.

Amaxofobia: Tener miedo a los vehículos, sobre todo a conducirlos y circular con ellos.

Ambulofobia o estasifobia: Tener miedo a caminar o permanecer de pie.

Amicofobia: Tener miedo a arañarse, a rascarse o a ser arañado.

Amnesifobia: Tener miedo a tener amnesia o perder la propia memoria.

Anablefobia: Tener miedo de mirar hacia arriba.

Ancrofobia o anemofobia: Tener miedo al viento.

Androfobia: Tener miedo o aversión hacia los hombres.

Anginofobia: Tener miedo a atragantarse, ahogarse a causa de tener anginas inflamadas.

Anglofobia: Tener miedo o aversión a Inglaterra, su cultura, los ingleses, o a cualquier cosa inglesa.

Angrofobia: Tener miedo a enfadarse, enojarse o ser molestado.

Anquilofobia: Tener miedo a la inmovilidad de alguna parte del cuerpo, especialmente por ser escayolado.

Antlofobia: Tener miedo a sufrir una inundación.

Antofobia o antrofobia: Tener miedo a las flores y a tenerlas cerca.

Antropofobia: Tener miedo a las personas y a la sociedad en general.

Anuptafobia: Tener miedo a no casarse nunca y quedarse soltero/a.

Apeirofobia: Tener miedo al infinito.

Apifobia: Tener miedo a las abejas y/o a las avispas.

Apotemnofobia: Tener miedo de las personas con amputaciones en el cuerpo.

Aracnofobia o aracnefobia: Tener miedo a las arañas.

Araquibutirofobia: Tener miedo a que la manteca de maní o una sustancia parecida que se pegue en el paladar.

Aritmofobia: Tener miedo a los números y las matemáticas en general.

Arsonfobia: Tener miedo al fuego y a los incendios.

Asimetrofobia: Tener miedo de las cosas asimétricas.

Astenofobia: Tener miedo a debilitarse y/o desmayarse.

Astrapofobia: Tener miedo a las tormentas, los truenos y los relámpagos.

Astrofobia: Tener miedo de las estrellas y del espacio.

Ataxiofobia: Tener miedo a la ataxia o descoordinación muscular.

Ataxofobia: Tener miedo a al desorden.

Atazagorafobia: Tener miedo olvidar, a ser olvidado o a ser ignorado.

Atefobia: Tener miedo a las ruinas antiguas.

Atelofobia: Tener miedo a la imperfección, propia o ajena.

Atiquifobia: Tener miedo al fracaso, a equivocarse o cometer errores.

Atomosofobia: Tener miedo de las explosiones nucleares y armas atómicas.

Aulofobia: Tener miedo a las flautas.

Aurofobia: Tener miedo al oro.

Aurorafobia: Tener miedo a las auroras boreales.

Autodisomofobia: Tener miedo a alguien que desprende un olor desagradable.

Autofobia: Tener miedo a la soledad, estar solo o incluso tener miedo de uno mismo.

Autómatonofobia: Tener miedo a los muñecos de ventrílocuos, animales mecánicos, figuras de cera y en general todo aquello que represente un ser vivo de forma artificial.

Automisofobia: Tener miedo a estar sucio o mancharse.

B

Bacilofobia: Tener miedo a los microbios y a las enfermedades que puedan transmitir.

Bacteriofobia: Tener miedo a las bacterias y a las enfermedades que se puedan contraer con ellas.

Balistofobia: Tener miedo a las balas, municiones, misiles….

Barofobia: Tener miedo a la fuerza de la gravedad terrestre.

Basofobia: Tener miedo a caerse al caminar y a la incapacidad de permanecer en pie.

Bathofobia o Batofobia: Tener miedo a las profundidades.

Batmofobia: Tener miedo a las escaleras y/o pendientes abruptas.

Batraciofobia: Tener miedo a los anfibios o batracios; como salamandras, ranas, sapos, etc.

Belonefobia o aicmofobia: Tener miedo a las agujas y los alfileres.

Bibliofobia: Tener miedo a los libros y la lectura.

Blenofobia: Tener miedo a las cosas viscosas.

Bogifobia: Tener miedo al Hombre del Saco (en inglés, «Bogeyman»), a los duendes o espectros.

Bolsefobia: Tener miedo a los comunistas y bolcheviques.

Botanofobia: Tener miedo a lo botánico como plantas, árboles o flores.

Bromidrosifobia o bromidrofobia: Tener miedo a al mal olor corporal propio o ajeno.

Brontofobia: Tener miedo a las tormentas, con rayos y truenos.

Bufonofobia: Tener miedo a los sapos.

C

Cacofobia: Tener miedo a las personas y las cosas feas en general.

Caetofobia: Tener miedo al pelo y los seres peludos.

Cainofobia: Tener miedo a fallar y/o ser vencido.

Cainolofobia o cainotofobia: Tener miedo a las novedades.

Caliginefobia: Tener miedo a mujeres hermosas.

Cancerofobia, carcinofobia, cancerfobia: Tener miedo al cáncer.

Cardiofobia: Tener miedo al corazón y a padecer enfermedades del mismo.

Carnofobia: Tener miedo a la carne.

Carofobia: Tener miedo a la picazón.

Catagelofobia: Tener miedo a hacer el ridículo.

Catapedafobia: Tener miedo a saltar.

Catisofobia: Tener miedo a sentarse.

Catoptrofobia: Tener miedo a los espejos.

Cenofobia: Tener miedo a los grandes espacios, al vacío.

Centofobia: Tener miedo a aceptar nuevas ideas y que éstas cambien las ideas ya establecidas o el entorno conocido.

Cheimafobia: Tener miedo a al frío.

Chemofobia: Tener miedo a los productos químicos.

Chirofobia: Tener miedo a las manos.

Cianofobia: Tener miedo alcolor azul.

Ciberfobia: Tener miedo a los oredenadores y/o a Internet.

Cibofobia: Tener miedo al alimento.

Ciclofobia: Tener miedo a las bicicletas y a conducirlas.

Cimofobia: Tener miedo a las olas y movimientos ondulatorios.

Cinofobia: Tener miedo a los perros.

Cionofobia: Tener miedo a la nieve.

Cipridofobia: Tener miedo a las prostitutas y a las enfermedades venéreas que éstas puedan trasmitir.

Claustrofobia: Tener miedo a los lugares cerrados.

Cleinofobia o clitrofobia: Tener miedo a ser encerrado.

Cleptofobia: Tener miedo a robar.

Climacofobia: Tener miedo a las escaleras.

Clinofobia: Tener miedo de ir a la cama.

Clorofobia: Tener miedo al color verde.

Cnidofobia: Tener miedo a las picaduras de insectos y a sus aguijones.

Coimetrofobia: Tener miedo a los cementerios.

Coinonifobia: Tener miedo a las habitaciones.

Coitofobia: Tener miedo al coito o relaciones sexuales.

Colerofobia: Tener miedo a enfadarse.

Colpofobia: Tener miedo a los genitales, en especial los femeninos.

Cometofobia: Tener miedo a los cometas.

Copofobia: Tener miedo a cansarse o fatigarse.

Coprofobia: Tener miedo a los excrementos o heces.

Corofobia: Tener miedo a bailar.

Coulrofobia: Tener miedo a los payasos.

Counterfobia: Cuando un fóbico encuentra placer al encontrarse en situaciones que le atemorizan.

Cremnofobia: Tener miedo a los precipicios y abismos.

Cropostasofobia: Tener miedo al estreñimiento.

Criofobia: Tener miedo del hielo y las heladas.

Crisofobia: Tener miedo al color naranja.

Cristalofobia: Tener miedo a los cristales o vidrios.

Cromatofobia o cromofobia: Tener miedo a los colores en general.

Crometofobia: Tener miedo al dinero y a tocarlo.

Cronofobia: Tener miedo al paso del tiempo.

Crronomentrofobia: Tener miedo a los relojes.

D

Decidofobia: Tener miedo a tomar decisiones.

Defecaloesiofobia: Tener miedo a tener doles abdominales o de tripa.

Dementofobia: Tener miedo a la locura o a volverse loco.

Demofobia: Tener miedo a las multitudes.

Demonofobia: Tener miedo a los demonios.

Dendrofobia: Tener miedo a los árboles.

Dentofobia: Tener miedo a a ir al dentista.

Dermatopatofobia: Tener miedo a las enfermedades de la piel.

Dermatosiofobia: Tener miedo a la piel, a las verrugas.

Deshabiliofobia: Tener miedo a desnudarse delante de alguien.

Dextrofobia: Tener miedo a los objetos que estén en el lado derecho del cuerpo.

Diabetofobia: Tener miedo a padecer diabetes.

Didascaleinofobia: Tener miedo a ir a la escuela.

Dikefobia: Tener miedo a la justicia.

Dinofobia: Tener miedo a padecer mareo.

Diplopiafobia: Tener miedo a ver doble.

Dipsofobia: Tener miedo a la bebida y a emborracharse.

Diquefobia: Tener miedo a la justicia.

Dismorfofobia: Tener miedo a las deformidades del propio cuerpo, con preocupación excesiva hacia la apariencia física y creyendo que tienen algo deforme.

Distiquifobia: Tener miedo a los accidentes.

Dorafobia: Tener miedo a la piel.

Dromofobia: Tener miedo a cruzar una calle o carretera.

E

Eclesiofobia: Tener miedo a las Iglesias.

Ecofobia, oecofobia, oikofobia: Tener miedo al hogar.

Efebifobia: Tener miedo a los adolescentes.

Eicofobia: Tener miedo a los alrededores del hogar.

Eisoptrofobia: Tener miedo a los espejos.

Electrofobia: Tener miedo a la electricidad y a una posible electrocución.

Eleuterofobia: Tener miedo a la libertad.

Emetofobia: Tener miedo a vomitar.

Enetofobia: Tener miedo a los alfileres.

Enosiofobia: Tener miedo a cometer un pecado capital.

Entomofobia: Tener miedo a los insectos.

Eosofobia : Tener miedo al amanecer, a la salida del sol y la luz diurna.

Epistaxiofobia: Tener miedo a padecer hemorragia nasal.

Epistemiofobia: Tener miedo a adquirir nuevos conocimientos.

Equinofobia: Tener miedo a los caballos.

Eremiofobia: Tener miedo a estar solo.

Ereutrofobia: Tener miedo a ruborizarse delante de alguien.

Ergofobia: Tener miedo al trabajo.

Eritrofobia: Tener miedo al color rojo.

Ermitofobia: Tener miedo a estar solo.

Erotofobia: Tener miedo al sexo y al erotismo en general.

Escatofobia: Tener miedo a las heces o materia fecal.

Esciofobia: Tener miedo a las sombras.

Escolequifobia: Tener miedo a los gusanos.

Escolionofobia: Tener miedo al colegio.

Escopofobia, Escoptofobia: Tener miedo a ser visto o ser mirado fijamente.

Escotofobia: Tener miedo a la oscuridad.

Escotomafobia: Tener miedo a la ceguera o a no poder ver parcialmente.

Escriptofobia: Tener miedo de escribir en público.

Especsofobia: Tener miedo a las avispas.

Espetrofobia: Tener miedo a los fantasmas o espectros.

Espermatofobia: Tener miedo al semen.

Esquelerofobia: Tener miedo a personas malvadas y ladrones.

Esquiofobia: Tener miedo a las sombras.

Estasofobia: Tener miedo a estar parado.

Estaurofobia: Tener miedo a las cruces y/o crucifijos.

Estenofobia: Tener miedo a estar en lugares estrechos.

Estigiofobia: Tener miedo al infierno.

Eufobia: Tener miedo a recibir buenas noticias.

Eurotofobia: Tener miedo a los genitales femeninos.

F

Fagofobia: Tener miedo a comer.

Falacrofobia: Tener miedo a quedarse calvo.

Falofobia: Tener miedo a tener erecciones.

Farmacofobia: Tener miedo a las medicinas y/o las drogas.

Fasmofobia: Tener miedo a los fantasmas.

Febrifobia: Tener miedo a la fiebre.

Felinofobia: Tener miedo a los felinos en general.

Fengofobia: Tener miedo a la luz del día.

Filemafobia: Tener miedo a dar o recibir besos.

Filofobia: Tener miedo al amor.

Filosofobia: Tener miedo a la filosofía.

Fobia social: Tener miedo a ser juzgado negativamente en el ámbito social.

Fobofobia: Tener miedo las fobias y a temer.

Fonofobia: Tener miedo al ruido.

Fotofobia: Tener miedo a la luz.

Fotoaugliafobia: Tener miedo a las luces brillantes.

Francofobia o galofobia: Tener miedo o rechazo hacia Francia, a los franceses y su sociedad.

Frenofobia: Tener miedo a pensar.

Frigoofobia: Tener miedo al frío.

G

Galeofobia: Tener miedo a los tiburones.

Gametofobia o gamofobia: Tener miedo al matrimonio.

Gatofobia: Tener miedo a los gatos.

Gefirofobia: Tener miedo a cruzar puentes.

Geliofobia: Tener miedo a la risa.

Genofobia: Tener miedo al sexo.

Genufobia: Tener miedo a las rodillas.

Gerascofobia: Tener miedo a la vejez

Germanofobia: Tener miedo o rechazo a Alemania, los alemanes y su cultuura.

Gerontofobia: Tener miedo a los ancianos.

Geumatofobia: Tener miedo al sabor o al gusto.

Gimnofobia: Tener miedo a la desnudez.

Ginefobia: Tener miedo a la mujer.

Glosofobia: Tener miedo a hablar.

Grafofobia: Tener miedo, angusta de escribir.

Gringofobia: Tener miedo a los norteamericanos.

H

Hadefobia o estigiofobia: Tener miedo al infierno.

Hafefobia o hefefobia: Temor a ser tocado.

Hagiofobia: Temor a los santos, a los lugares sagrados.

Hamartofobia: Tener miedo al pecado.

Hapofobia: Tener miedo a tocar a alguien.

Harpaxofobia: Tener miedo a los ladrones. Tener miedo a ser perseguido por un crimen.

Hedonofobia: Tener miedo al placer.

Helenofobia: Temor a los términos griegos.

Heliofobia: Tener miedo al Sol.

Helmintofobia: Tener miedo a los gusanos.

Hematofobia o hemofobia: Tener miedo a la sangre.

Herpetofobia: Tener miedo a los reptiles.

Heterofobia: Tener miedo al sexo opuesto.

Hexakosioihexekontahexafobia: Tener miedo al número 666.

Hialofobia: Tener miedo los cristales.

Hidrargiofobia: Tener miedo las medicinas con base de mercurio.

Hidrofobia: Tener miedo al agua, a ahogarse y a nadar.

Hidrofobofobia o lisofobia: Tener miedo a la rabia, a la hidrofobia.

Hierofobia: Tener miedo a los sacerdotes.

Higrofobia: Tener miedo a la humedad, a la lluvia, al agua.

Hipengiofobia: Tener miedo tener responsabilidad.

Hipnofobia: Tener miedo a dormir y/o ser hipnotizado.

Hipopotomonstrosesquipedaliofobia: Tener miedo las palabras largas.

Hobofobia: Tener miedo a los vagabundos.

Hodofobia: Tener miedo a los viajes por carretera.

Homiclofobia: Tener miedo a la niebla.

Homilofobia: Tener miedo a los sermones.

Homofobia: Tener miedo o aversión a la homosexualidad

Hormefobia: Tener miedo al shock

I

Iatrofobia: Tener miedo a los médicos.

Ictiofobia: Tener miedo a los peces.

Ideofobia: Tener miedo a las ideas o a la razón.

Ilingofobia: Tener miedo a tener vértigo.

Insectofobia: Tener miedo a los insectos.

Iofobia: Tener miedo a los venenos.

Isolofobia: Tener miedo a estar solo.

Isopterofobia: Tener miedo a las termitas.

Itifalofobia: Tener miedo de ver, pensar o tener el pene erecto.

J

Japanofobia: Tener miedo o aversión a Japón, a los japoneses y su sociedad

Judeofobia: Tener miedo o aversión a los judíos y su cultura

K

Kakorrhafiofobia: Tener miedo al fracaso.

Katagelofobia: Tener miedo al ridículo.

Kenofobia: Tener miedo a los espacios vacíos.

Koniofobia : Tener miedo al polvo.

Kopofobia: Tener miedo a la fatiga.

L

Lacanofobia: Tener miedo comer frutas, verduras y/o vegetales.

Lalofobia: Tener miedo de hablar, sobretodo en público.

Leprofobia: Tener miedo a la lepra.

Leucofobia: Tener miedo al color blanco.

Levofobia: Tener miedo a las cosas que se encuentran en el lado izquierdo del cuerpo.

Lilapsofobia: Tener miedo a huracanes y tornados.

Limnofobia: Tener miedo a los lagos.

Linonofobia: Tener miedo a las cuerdas, hilos y/o cadenas.

Liticafobia o litigo: Tener miedo los pleitos o problemas legales.

Lisofobia: Tener miedo a la locura.

Locquiofobia Tener miedo al parto.

Logofobia Tener miedo a las palabras, a pronunciar ciertos fonemas.

Luifobia Tener miedo a contraer sífilis.

Lutrafobia Tener miedo a las nutrias.

M

Macrofobia: Miedo a las largas esperas.

Maguerirocofobia: Miedo a cocinar o preparar alimentos.

Maieusiofobia: Miedo al embarazo.

Malaxofobia: Miedo a los juegos amorosos.

Maniafobia: Miedo a la demencia o volverse loco.

Mastigofobia o poneifobia: Miedo a los castigos.

Mecanofobia: Miedo a las máquinas y/o maquinarias.

Megalofobia: Miedo a las cosas grandes.

Melanofobia: Miedo al color negro.

Melisofobia: Miedo a las abejas.

Melofobia: Miedo o aversión hacia la música.

Meningitofobia: Miedo a la meningitis y enfermedades del cerebro.

Menofobia: Miedo a la menstruación.

Merintofobia: Miedo a ser atado o a ser obligado.

Metalofobia: Miedo a los metales.

Metatesiofobia: Miedo a los cambios.

Meteorofobia: Miedo a los meteoros o meteoritos.

Metifobia o potofobia: Miedo al alcohol.

Metrofobia: Miedo o aversión hacia la poesía.

Micofobia: Miedo a las setas.

Microbiofobia: Miedo a los microbios.

Microfobia: Miedo a los gérmenes, a las cosas pequeñas.

Mirmecofobia: Miedo a las hormigas.

Misofobia: Miedo al polvo o a la contaminación.

Mitofobia: Miedo a las mentiras.

Mixofobia o xenofobia: Miedo o aversión a mezclarse con otras razas o culturas.

Mnemofobia: Miedo a los recuerdos.

Monofobia: Miedo a una sola cosa en particular.

Monopatofobia: Miedo a contraer enfermedades drónicas o terminales.

Motefobia: Miedo a las polillas.

Motorfobia: Miedo a los automóviles.

Musicofobia: Miedo a la música.

Musofobia: Miedo a los ratones.

N

Nebulafobia: Miedo a la niebla.

Necrofobia: Miedo a la muerte, a los cadáveres.

Nefofobia: Miedo a las nubes.

Negrofobia: Miedo a la gente negra, a los afroamericanos.

Nelofobia: Miedo a los vidrios o cristales.

Nemofobia: Miedo a la anemia.

Neofarmacofobia: Miedo a los nuevos medicamentos y/o nuevas drogas.

Neofobia: Miedo a la novedad, a las cosas nuevas, a nuevas experiencias.

Neumatifobia: Miedo a los espíritus.

Nictofobia: Miedo a la noche o a la oscuridad.

Nictohilofobia: Miedo a los bosques oscuros.

Noctifobia: Miedo a la noche.

Nomatofobia: Miedo a los nombres.

Nomofobia: Es una abreviatura de “no – mobilis” teléfono y “fobia”. Son los síntomas de ansiedad sufridos por los usuarios de teléfonos móviles.

Nosofobia: Miedo a las enfermedades.

Nostofobia: Miedo a volver a casa.

Nucleomitufobia: Miedo a las armas nucleares.

Nudofobia: Miedo a la desnudez.

Numerofobia: Miedo a los números.

O

Obesofobia: Miedo a la obesidad o a estar gordo.

Ocofobia: Miedo a los automóviles.

Oclofobia: Miedo a la mafia, a los gángsters.

Octofobia: Miedo al número 8.

Odinofobia: Miedo a padecer dolor.

Odontofobia: Miedo a ir al dentista.

Oenofobia: Miedo al vino.

Ofidiofobia: Miedo a las serpientes.

Oftalcofobia: Miedo a los olores.

Omatofobia: Miedo a los ojos.

Ombrofobia: Miedo a la lluvia.

Onirofobia: Miedo a los sueños y a soñar.

Onomatofobia: Miedo a un nombre o a una palabra en particular.

Opiofobia: Miedo a los experimentos médicos.

Optofobia: Miedo a abrir los ojos.

Ornitofobia: Miedo a los pájaros.

Ortofobia: Miedo a la propiedad.

Ostraconofobia: Miedo al marisco y las ostras.

P

Pagafobia: Miedo a las heladas y a las escarchas.

Panfobia, pantofobia, polifobia, omnifobia: Miedo a todo, es un miedo inespecífico e incluso hacia el miedo mismo.

Panzofobia: Miedo a sufrir y a ponerse enfermo.

Papafobia: Miedo a los Papas.

Papirofobia: Miedo a los papeles.

Parafobia: Miedo a las perversiones sexuales.

Parascevedecatriafobia: Miedo a los días "viernes 13" o "martes 13".

Parasitofobia: Miedo a los parásitos.

Partenofobia: Miedo a las muchachas vírgenes o púberes.

Patofobia: Temor a sufrir enfermedades.

Patriofobia, patroiofobia: Miedo a la herencia.

Pecatofobia: Miedo a cometer pecados de alguna clase.

Pediculofobia: Miedo a los piojos.

Pedofobia: Miedo a los niños.

Peladofobia: Miedo a las personas calvas.

Pelagrafobia: Miedo a la pelagra, enfermedad caracterizada por la dermatitis, desórdenes gastrointestinales, síntomas nerviosos centrales y asociada a una dieta deficiente en vitaminas y proteínas.

Peniafobia: Temor a la pobreza.

Penterafobia: Miedo a la suegra.

Piretofobia: Miedo a la fiebre alta.

Pirofobia: Miedo al fuego.

Pistantrofobia: Miedo a confiar de nuevo.

Placofobia: Tener miedo a las lápidas funerarias.

Plutofobia: Tener miedo a la riqueza y la opulencia.

Pluviofobia: Tener miedo a la lluvia.

Pneumatofobia: Tener miedo a los espíritus.

Pnigofobia, pnigerofobia: Tener miedo a ser estrangulado o a la sofocación.

Pogonofobia: Tener miedo a las barbas.

Poinefobia: Tener miedo al castigo.

Polifobia: Tener miedo a muchas cosas, tener muchas fobias.

Poliosofobia: Tener miedo a padecer poliomelitis.

Politicofobia: Tener miedo a la política.

Ponofobia: Tener miedo al dolor.

Potamofobia: Tener miedo a los ríos.

Potofobia: Tener miedo a beber alcohol

Proctofobia: Tener miedo a las heces.

Pselismofobia: Tener miedo a tartamudear.

Psicofobia: Tener miedo a la mente.

Psicopatofobia: Tener miedo a volverse loco

Ptisiofobia, tuberculofobia: Tener miedo a la tuberculosis.

Pternofobia: Tener miedo a las plumas.

Pupafobia: Tener miedo a los títeres y/o muñecos.

Q

Querofobia: Tener miedo a la alegría.

Quifofobia: Tener miedo a agacharse.

Quimifobia: Tener miedo a los productos químicos.

Quiraptofobia: Tener miedo a ser tocado.

Querofobia o chirofobia: Tener miedo a las manos.

R

Rabdofobia: Tener miedo a la magia.

Radiofobia: Tener miedo a la radiación.

Ranidafobia: Tener miedo a las ranas.

Rectofobia: Tener miedo al recto, o a sus enfermedades.

Ripofobia: Tener miedo a la defecación.

Ritifobia: Tener miedo a tener arrugas.

Rupofobia: Tener miedo o aversión a la suciedad.

Rusofobia: Tener miedo o aversión a los rusos, su sociedad y cultura.

S

Sarmasofobia: Tener miedo al coqueteo y los juegos sexuales.

Satanofobia: Tener miedo a Satán.

Selacofobia: Tener miedo a los tiburones.

Selafobia: Tener miedo a los relampagueos o flashes de luz repentinos.

Selenofobia: Tener miedo a la luna.

Seplofobia: Tener miedo a las sustancias putrefactas.

Sidafobia: Tener miedo a padecer el SIDA.

Siderodromofobia: Tener miedo a los trenes.

Siderofobia: Tener miedo a las estrellas.

Sifilofobia: Tener miedo a la sífilis.

Simbolofobia: Tener miedo a padecer los simbolismos y las máquinas simbólicas, como rodenadores u otras.

Simetrofobia: Tener miedo a la simetría.

Singenesofobia: Tener miedo a los parientes o familiares.

Sinistrofobia: Tener miedo a las cosas que se encuentran a la izquierda y a los zurdos.

Sinofobia: Tener miedo a la China, los chinos y su sociedad.

Sitiofobia: Tener miedo al alimento.

Sociofobia: Tener miedo a la sociedad.

Sofofobia: Tener miedo a aprender.

Somnifobia: Tener miedo a dormir.

Soteriofobia: Tener miedo a depender de otros.

T

Tacofobia: Tener miedo a la velocidad.

Taeniafobia: Tener miedo a tener la tenia o solitaria.

Tafefobia o tapefobia: Tener miedo a ser enterrado vivo.

Talasofobia: Tener miedo al mar.

Tanatofobia: Tener miedo a la muerte.

Tapinofobia: Tener miedo a contagiar alguna enfermedad a otros.

Tasofobia: Tener miedo al ocio.

Teratofobia: Tener miedo a los monstruos.

Taurofobia: Tener miedo a los toros.

Teatrofobia: Tener miedo a los teatros.

Tecnofobia: Tener miedo a los adelantos tecnológicos.

Telefonofobia: Tener miedo a los teléfonos.

Teofobia: Tener miedo a Dios y/o a las religiones.

Teologicofobia: Tener miedo a la teología.

Teratofobia: Tener miedo las personas con deformaciones.

Termofobia: Tener miedo al calor.

Testofobia: Tener miedo los tests y cuestionarios.

Tetanofobia: Tener miedo al tétanos.

Tetrafobia: Tener miedo al número 4.

Teutonofobia: Tener miedo o aversión a Alemania, los alemanes, su sociedad y cultura.

Textofobia: Tener miedo unas determinadas telas o tejidos.

Tiranofobia: Tener miedo los tiranos.

Tocofobia: Tener miedo al embarazo y al parto.

Tomofobia: Tener miedo a la cirugía.

Tonitrofobia: Tener miedo a los truenos; a las tormentas.

Topofobia: Tener miedo a un lugar particular, o a ciertos lugares.

Toxifobia, toxofobia, toxicofobia: Temor a ser envenenado, a las toxinas.

Traumatofobia: Tener miedo al padecer accidentes, a lesionarse o a las heridas

Tredecafobia: Tener miedo al número trece, a la mala suerte.

Tremofobia: Tener miedo a los terremotos.

Tricofobia: Tener miedo al cabello.

Tricopatofobia: Tener miedo a las enfermedades y patologías del cabello.

Tripanofobia : Tener miedo a la inoculación mediante inyecciones.

Tripofobia : Miedo irracional hacia patrones irregulares de grupos de pequeños agujeros o protuberancias.

Triquinofobia: Tener miedo a la triquinosis y a la comida posiblemente envenenada

Triskaidekafobia, triscadecafobia: Tener miedo irracional al número trece.

U

Uranofobia: Tener miedo al cielo y al paraíso.

Urofobia: Tener miedo a la orina.

V

Vacunafobia: Tener miedo a las vacunas.

Venereofobia: Tener miedo a las enfermedades venéreas.

Venustrafobia: Tener miedo a las mujeres hermosas.

Verbofobia: Tener miedo a las palabras.

Vermifobia: Tener miedo a los gusanos.

Vestifobia: Tener miedo a vestirse.

Vicafobia: Tener miedo a las brujas.

Virginitifobia: Tener miedo a la violación.

Vitricofobia: Tener miedo al padrastro.

X

Xantofobia: Tener miedo del color amarillo.

Xenofobia: Tener miedo o aversión hacia los extranjeros.

Xenoglosofobia: Tener miedo o aversión a las lenguas extranjeras.

Xerofobia: Tener miedo a los lugares secos, especialmente desiertos y a la sequedad.

Xilofobia: Tener miedo a objetos de madera y a bosques.

Z

Zelofobia: Tener miedo a los celos.

Zemifobia: Tener miedo a los topos.

Zeusofobia: Tener miedo a Dios o los dioses.

Zoofobia: Tener miedo a los animales.


Marta Guerri. Diccionario de fobias. https://www.psicoactiva.com/biblioteca-de-psicologia/diccionario-de-fobias/

Es importante aclarar que existen mas fobias que pueden estar desarrollandose en este momento, al igual entender bien el significado de Fobias, ¿cómo saber si estamos afectados? presionando en el enlace.


jueves, 23 de mayo de 2024

La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) y su aplicación en el TAG



    La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) es un enfoque terapéutico que se ha demostrado eficaz para tratar varios tipos de trastornos, incluyendo el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG). La TCC se basa en la idea de que nuestros pensamientos, emociones y comportamientos interactúan y se influyen mutuamente. En el caso del TAG, las intervenciones cognitivo-conductuales clásicas han demostrado buenos resultados. Las personas con TAG se preocupan por situaciones improbables y además mantienen el estado de preocupación en el tiempo, ya que saltan de una a otra. La TCC ayuda a estas personas a identificar y cambiar estos patrones de pensamiento destructivos o perturbadores.

    La terapia cognitiva clásica incluye los siguientes componentes:

  1. Entrenamiento para darse cuenta de los estímulos internos y eventos externos que producen ansiedad: Este componente implica ayudar a las personas a reconocer las situaciones o pensamientos que desencadenan su ansiedad.

  2. Estrategia de control de estímulos para posponer las preocupaciones: Esta técnica implica enseñar a las personas a posponer sus preocupaciones para un momento y lugar específicos del día.

  3. Relajación: Se utilizan diversas técnicas de relajación, como la relajación progresiva, la respiración lenta y regular, y técnicas de meditación.

  4. Reestructuración cognitiva del contenido y utilidad de las preocupaciones: Este componente implica ayudar a las personas a identificar y cambiar pensamientos, imágenes y creencias asociados con la respuesta ansiosa. Se utiliza el método socrático para examinar los datos a favor y en contra, generar interpretaciones alternativas y descatastrofizar.

  5. Exposición graduada: Esta técnica implica exponer gradualmente a las personas, a través de la imaginación y en vivo, a situaciones y estímulos internos que provocan ansiedad.

    Además de estos componentes, existen otros enfoques dentro de la TCC que se han desarrollado específicamente para tratar el TAG. Por ejemplo, la TCC del grupo de Borkovec incluye elementos adicionales que forman parte de la terapia de aceptación y compromiso. Estos incluyen minimizar las expectativas y predicciones negativas y vivir de acuerdo con los propios valores.

    La efectividad de la TCC en el tratamiento del TAG ha sido respaldada por numerosos estudios. Se ha demostrado que la TCC es significativamente más eficaz que todos los demás tratamientos psicológicos para el TAG. Además, se ha encontrado que la reestructuración cognitiva, que implica identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y distorsionados, es especialmente efectiva en la reducción de los síntomas de ansiedad.

    Existen varios estudios de caso que ilustran la aplicación de la TCC en el tratamiento del TAG. Estos estudios proporcionan ejemplos detallados de cómo se pueden aplicar las técnicas de la TCC para ayudar a las personas con TAG a manejar sus síntomas de ansiedad.

    Es importante recordar que cada persona es única y puede responder de manera diferente a la terapia. Por lo tanto, es esencial trabajar con un profesional de la salud mental para encontrar el enfoque de tratamiento más efectivo.


miércoles, 22 de mayo de 2024

La Exposición y Prevención de Respuesta (EPR) y su aplicación en el TOC



    La psicoterapia tradicional, también conocida como terapia del habla, se basa en la idea de que hablar sobre los problemas y desarrollar una comprensión más profunda de ellos puede ayudar a mejorar las condiciones psicopatológicas. Este enfoque puede ser beneficioso para algunos pacientes, ya que les permite explorar y entender sus problemas a un nivel más profundo.

    Sin embargo, para las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) ha demostrado ser más efectiva. La TCC es un enfoque de tratamiento que se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que están causando problemas al paciente.

    La estrategia más importante de la TCC para el tratamiento del TOC es la Exposición y Prevención de la Respuesta (EPR). La “Exposición” implica enfrentar directamente los pensamientos, imágenes, objetos y situaciones que causan ansiedad al paciente. Aunque esto puede parecer contraproducente al principio, ya que el paciente puede haber intentado esto antes solo para encontrar que su ansiedad aumenta, la clave está en la segunda parte del tratamiento: la “Prevención de la Respuesta”.

    La “Prevención de la Respuesta” implica resistir la tentación de realizar la acción compulsiva que normalmente sigue a la exposición a la fuente de ansiedad. Aunque esto puede ser difícil, y el paciente puede haber intentado detener estas acciones compulsivas antes solo para ver que su ansiedad empeora, es crucial continuar resistiendo la compulsión hasta que la ansiedad comience a disminuir.

    Este proceso de disminución de la ansiedad a través de la exposición continua y la prevención de la respuesta se conoce como “habituación”. La idea de que la ansiedad puede reducirse al enfrentar los miedos y resistir las compulsiones puede ser una idea nueva para alguien con TOC, pero es un componente central de la TCC y ha demostrado ser muy efectivo en el tratamiento del TOC.

Otra Manera de                                                                                   

Pensar en la EPR                                                                                

    La Exposición y Prevención de la Respuesta (EPR) es una estrategia terapéutica clave en el tratamiento del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Esta estrategia se basa en la idea de que la ansiedad, aunque a menudo se siente como una certeza de peligro, es en realidad una indicación de la posibilidad de peligro.

    En situaciones de peligro real, como ver un camión acercándose rápidamente mientras cruzas la calle, la ansiedad funciona como un sistema de alerta útil que motiva acciones de autoprotección, como moverse fuera del camino del camión. Sin embargo, en el caso del TOC, este sistema de alerta se descontrola, enviando señales de peligro incluso cuando se sabe racionalmente que la probabilidad de peligro es baja o inexistente.

    Las acciones compulsivas que realiza una persona con TOC son intentos de mitigar esta ansiedad y mantenerse a salvo. Sin embargo, estas acciones en realidad refuerzan la creencia del cerebro de que hay un peligro presente, exacerbando el ciclo de ansiedad y compulsión.

    La EPR desafía este ciclo al animar al individuo a exponerse a la fuente de su ansiedad (la “exposición”) y luego resistir la tentación de realizar la acción compulsiva (la “prevención de la respuesta”). Aunque esto puede sentirse como si se estuviera eligiendo ponerse en peligro, en realidad es una forma de reeducar al cerebro para que comprenda que la ansiedad que siente no es un indicador de peligro real.

    Al resistir la compulsión, el individuo permite que su ansiedad disminuya naturalmente, un proceso conocido como “habituación”. Esto puede ayudar a reducir la intensidad de las compulsiones con el tiempo y permitir al individuo descubrir que la ansiedad que siente no es un indicador de peligro real.

¿Cuán efectivos son los                                                    

tratamientos para el TOC?

    El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es una condición que puede ser muy debilitante, pero hay tratamientos efectivos disponibles. Según la investigación, el mejor tratamiento para la mayoría de las personas con TOC debería incluir al menos uno de los siguientes elementos: una intervención de Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) conocida como Exposición y Prevención de la Respuesta (EPR), un terapeuta calificado, terapia farmacológica, y el apoyo familiar junto con una psicoeducación adecuada.

    La TCC y la terapia farmacológica han demostrado ser beneficiosas para alrededor del 70% de los pacientes con TOC. Los pacientes que responden a la medicación suelen mostrar una reducción de los síntomas de entre el 40% y el 60%, mientras que los que responden a la TCC suelen mostrar una reducción de los síntomas del TOC de entre el 60% y el 80%. Sin embargo, para que estos tratamientos sean efectivos, los pacientes deben tomar la medicación regularmente y participar activamente en la TCC.

    Desafortunadamente, no todos los pacientes están dispuestos o son capaces de seguir estos tratamientos. Al menos un 25% de los pacientes con TOC se niega a la TCC, y aproximadamente la mitad de los pacientes interrumpe la toma de los medicamentos debido a los efectos secundarios o por otras razones. Esto subraya la importancia de tener múltiples opciones de tratamiento disponibles y de trabajar estrechamente con los profesionales de la salud para encontrar el enfoque de tratamiento más efectivo y manejable para cada individuo.

¿Cuáles son los obstáculos 

comunes en el tratamiento 

eficaz?

    Las investigaciones han descubierto que se tarda entre 14 y 17 años desde que empieza el TOC para obtener el tratamiento apropiado.
  • Algunas personas deciden esconder sus síntomas, frecuentemente por vergüenza o miedo de ser estigmatizadas. Por eso, mucha gente con TOC no busca ayuda de un profesional hasta muchos años después del comienzo de sus síntomas.
  • Hasta hace no mucho tiempo atrás, había menos conciencia pública acerca del TOC, por lo cual mucha gente no sabía que sus síntomas representaban una enfermedad que podía ser tratada.
  • La falta de capacitación adecuada por parte de algunos profesionales de la salud, a menudo resulta en un diagnóstico equivocado. Algunos pacientes con síntomas de TOC visitarán varios médicos y pasarán varios años en tratamientos no específicos antes de recibir un diagnóstico correcto.
  • Hay dificultad para encontrar un terapeuta local que pueda tratar el TOC efectivamente.
  • Muchas personas no son capaz de poder pagar por el tratamiento apropiado.
International OCD Foundation . https://iocdf.org/es/que-es-el-toc/como-se-trata-el-toc/

martes, 21 de mayo de 2024

Fobias, ¿cómo saber si estamos afectados?



 

"Trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso y persistente ante objetos o situaciones específicas. La exposición a estos, desencadena una respuesta de ansiedad inmediata, que puede llevar a evitar activamente la situación temida. Este miedo es irracional y fuera de proporción con el peligro real que representa el objeto o la situación. La fobia puede interferir significativamente con el funcionamiento diario y el bienestar del individuo.

Las fobias suelen acompañarse de los siguientes síntomas:

  • Miedo desproporcionado: si experimentas un miedo intenso ante objetos o situaciones específicas, incluso sin un peligro real.
  • Evitación activa: tratas de evitar el objeto o situación temida.
  • Respuesta física: puedes experimentar síntomas como sudoración, palpitaciones o mareos. 
  • Interferencia en la vida diaria: el miedo afecta tus actividades normales.

Si te identificas con estos signos, busca ayuda profesional para obtener un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado con nuestros psicólogos."

    Las fobias se definen como el miedo extremo e irracional a un objeto o situación específica. Se clasifican como un tipo de trastorno de ansiedad, ya que la ansiedad es el síntoma principal experimentado por el paciente. Las fobias son respuestas emocionales aprendidas, que ocurren cuando el miedo producido por una situación amenazante original se transfiere a otras situaciones similares.

Historia de las Fobias

    La historia de las fobias se remonta más atrás que nosotros, los humanos y nuestras conciencias. El nombre del que deriva la palabra fobia viene de Fobos, el dios olímpico griego del miedo y el pánico. Muchas fobias ahora tienen términos técnicos que comienzan con una palabra romana o latina, como la aracnofobia (miedo a las arañas), la tetrafobia (miedo al número 4) o la aviofobia (miedo a volar).

Tipos de Fobias

    Existen muchos tipos de fobias y hasta puede estar desarrollandose nuevos tipos en este momentos, pero te presento este Diccionario de Fobias.

¿Cómo saber si estamos 

afectados por Fobias?

    Los signos que pueden indicar la presencia de una fobia incluyen:

  • Miedo intenso y desproporcionado: Las personas con fobias experimentan un miedo abrumador ante el objeto o situación temida, incluso si no existe un peligro real. Este miedo es desproporcionado a la amenaza real que representa el estímulo fóbico.
  • Evitación activa: La persona afectada tiende a evitar a toda costa el encuentro con el objeto o la situación fóbica. Por ejemplo, si tienes miedo a las alturas, puedes evitar lugares altos como edificios o montañas.
  • Síntomas físicos: Los síntomas físicos pueden incluir sudoración, respiración anormal, aceleración del latido del corazón, temblores, escalofríos, dolor en el pecho, sequedad de boca, mareos, dolor de cabeza, etc. En algunos casos, estos síntomas pueden ser tan intensos que pueden parecerse a los de un ataque al corazón.
  • Síntomas psicológicos: Los síntomas psicológicos pueden incluir pensamientos distorsionados respecto a la situación o estímulo. Por ejemplo, puedes tener pensamientos irracionales o exagerados sobre el peligro de la situación que temes.
  • Dificultades para realizar actividades cotidianas: Si tus miedos te impiden realizar actividades cotidianas, como ir al trabajo o a la escuela, o si evitas ciertos lugares o situaciones debido a tus miedos, es posible que estés afectado por una fobia.
  • Respuestas fuertes físicas, mentales y emocionales: Las fobias pueden provocar fuertes respuestas físicas, mentales y emocionales. También pueden afectar tu forma de actuar en el trabajo o la escuela, o en situaciones sociales.

Si experimentas alguno de estos síntomas, es posible que estés afectado por una fobia. Te recomendaría buscar ayuda profesional para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Causas de las Fobias

    Las fobias pueden ser causadas por una variedad de factores:

  • Experiencias traumáticas: Un evento traumático puede desencadenar el desarrollo de una fobia.
  • Aprendizaje observacional: Ver a alguien más reaccionar con miedo a un objeto o situación puede hacer que una persona desarrolle la misma fobia.
  • Genética y factores ambientales: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a las fobias, que puede ser activada por su entorno.

Tratamiento de las 

Fobias

    El tratamiento para las fobias puede variar dependiendo de la gravedad y el tipo de fobia. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Este tipo de terapia ayuda a las personas a entender y cambiar los patrones de pensamiento que llevan a comportamientos temerosos y ansiosos.
  • Terapia de exposición: En esta terapia, las personas se exponen gradualmente al objeto o situación temida para ayudarles a superar su miedo.
  • Medicación: En algunos casos, los medicamentos pueden ser útiles para controlar los síntomas de las fobias.

Impacto de las Fobias

    Las fobias pueden tener un impacto significativo en varios aspectos de la vida de una persona:

  • En la Vida Diaria: Pueden limitar las actividades diarias y causar angustia emocional significativa. En casos extremos, una persona puede organizar su vida alrededor de evitar el objeto o situación temida.
  • En las Relaciones Personales: Las fobias pueden tener un impacto significativo en las relaciones personales. Por ejemplo, una persona con agorafobia (miedo a los lugares públicos) puede evitar eventos sociales o salir con amigos, lo que puede llevar al aislamiento y la soledad. Del mismo modo, una persona con claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) puede evitar viajar en avión o en ascensor con amigos o familiares, lo que puede limitar sus interacciones y experiencias compartidas.
  • En el Rendimiento Laboral: En el lugar de trabajo, las fobias pueden afectar la capacidad de una persona para desempeñar sus tareas laborales. Por ejemplo, una persona con acrofobia (miedo a las alturas) puede tener dificultades para trabajar en un edificio alto o en un puesto de trabajo que requiera subir a alturas. Del mismo modo, una persona con aracnofobia (miedo a las arañas) puede tener dificultades para trabajar en un entorno donde es probable que encuentre arañas, como un jardín o un almacén.
  • En la Salud Mental: Las fobias también pueden tener un impacto en la salud mental de una persona. El miedo constante y la ansiedad asociados con la fobia pueden llevar a la persona a experimentar estrés crónico, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar otros problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad generalizada.

Comprendiendo el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) y sus sintomas

 

"Es un trastorno mental en el cual una persona a menudo está preocupada o ansiosa respecto a muchas cosas y le parece difícil controlar esta ansiedad.

Esta condición suele afectar en forma negativa la relación social y laboral. 

Muchos pacientes, presentan síntomas somáticos inespecíficos (insomnio, cefalea, dolores musculares, fatiga y síntomas de malestar gastrointestinal). Es importante descartar cualquier otra patología médica como hipoglucemia, cardiomiopatía, entre otros, así como condiciones psiquiátricas como la depresión, por mencionar alguna."

    El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) se caracteriza por la preocupación y la ansiedad exagerada y excesiva sobre cualquier evento del día a día sin ningún motivo aparente que justifique esta preocupación. Las personas que sufren este trastorno siempre esperan que las cosas salgan mal y no pueden dejar de preocuparse por su salud, el dinero, la familia, el trabajo, la universidad, etc.

Síntomas del TAG

    Los síntomas del TAG pueden variar. Algunos de ellos son los siguientes:

  1. Preocupación o ansiedad persistentes por determinados asuntos que son desproporcionados en relación con el impacto de los acontecimientos.
  2. Pensar demasiado los planes y las soluciones a todos los peores resultados posibles.
  3. Percibir situaciones y acontecimientos como amenazantes, incluso cuando no lo son.
  4. Dificultad para lidiar con situaciones de incertidumbre.
  5. Temperamento indeciso y miedo a tomar la decisión equivocada.
  6. Incapacidad para dejar de lado u olvidar una preocupación.
  7. Incapacidad para relajarse, sensación de nerviosismo y sensación de excitación o de estar al límite.
  8. Dificultad para concentrarse, o sensación de que la mente se «pone en blanco».
  9. Fatiga.
  10. Trastornos del sueño.
  11. Tensión muscular o dolores musculares.
  12. Temblor, agitación.
  13. Nerviosismo o tendencia a los sobresaltos.
  14. Sudoración.
  15. Náuseas, diarrea o síndrome del intestino irritable.
  16. Irritabilidad.
Etc.

Causas del TAG

    Las causas del TAG pueden ser de carácter biológico o ambiental, aunque normalmente ambas juegan un papel importante. Algunos factores que pueden contribuir a la aparición del TAG incluyen:

  • Diferencias en la química y la función del cerebro.
  • Genética.
  • Diferencias en la forma de percibir las amenazas.
  • Desarrollo y ambiente.
  • Exposición reciente o prolongada a situaciones estresantes, incluidas enfermedades personales o familiares.
  • Uso excesivo de cafeína o tabaco, que puede empeorar la ansiedad existente.
  • Abuso infantil.

Diagnóstico del TAG

El diagnóstico del TAG se realiza a través de una evaluación clínica detallada, que puede incluir pruebas de laboratorio para descartar otras condiciones médicas. La historia clínica y los síntomas del paciente se evalúan siguiendo el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.

Tratamiento del TAG

    En la mayoría de los casos, el TAG mejora con psicoterapia o medicamentos. También puede ser útil hacer cambios en el estilo de vida, aprender a hacer frente a desafíos o situaciones y practicar técnicas de relajación. El tratamiento se centra en reducir los síntomas de ansiedad y puede incluir terapia, medicamentos o ambos. Los medicamentos como Duloxetine, Paroxetine, Citalopram y Buspirone pueden ser utilizados para aliviar la depresión y la ansiedad. La terapia cognitiva conductual, que ayuda a cambiar los patrones de comportamiento, puede ser muy efectiva.

Efectos del TAG en la 

vida diaria

    El TAG puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana de quienes lo padecen. Algunos de los efectos del TAG pueden incluir:

  • Afectar tu capacidad de realizar ciertas tareas de manera rápida y eficiente, porque te cuesta concentrarte.
  • Quitarte tiempo y hacer que no te concentres en otras actividades.
  • Reducir tu energía.
  • Aumentar el riesgo de que sufras depresión.
  • Impactar en las relaciones personales y laborales, la salud física y el bienestar general.
  • Afectar las decisiones de vida a través de la evitación y la procrastinación.

Cómo ayudar a 

alguien con TAG

    Aquí hay algunos consejos sobre cómo puedes ayudar a alguien con TAG:

  • Demuestra apoyo constante.
  • Infórmate sobre el trastorno.
  • Acompaña durante la terapia.
  • Desahógate con alguien más.
  • Genera un ambiente entretenido.
  • Incentiva sus relaciones sociales.
  • Ayúdale a organizarse.
  • Mantén una dieta saludable.
  • Mantén un horario diario regular.
  • Sal de la casa todos los días.
  • Haz ejercicio todos los días.
  • Mantente alejado del alcohol y las drogas ilícitas.

¿Qué es el Trastorno de estrés postraumático (TEPT) y cómo saber si lo tengo?

 

"Es una condición mental que puede ocurrir en personas que experimentaron un evento traumático, un hecho aterrador, impactante, o peligroso como amenazas de muerte, lesiones o violencia sexual.

Los síntomas incluyen pesadillas, flashbacks, hipervigilancia, irritabilidad, dificultad para concentrarse, sentimientos de culpa y evitación de situaciones relacionadas con el trauma.

Para que a una persona se le diagnostique TEPT, los síntomas deben durar más de 1 mes y deben causar angustia o problemas significativos en el funcionamiento diario del individuo. Muchas personas desarrollan síntomas dentro de los 3 meses posteriores al trauma, pero los síntomas pueden
aparecer más tarde y, a menudo, persisten durante meses y, a veces, años."

    Es normal tener malos recuerdos, sentirse nervioso o tener dificultad para dormir después de un evento traumático (también llamado "trauma"). Al principio, puede ser difícil realizar las actividades diarias. Ir a trabajar o ir a la escuela o pasar tiempo con las personas que le importan puede sentirse con dificultad después de un evento traumático. Pero la mayoría de la gente comienza a sentirse mejor después de algunas semanas. Para ciertas personas, los síntomas del TEPT pueden empezar después o pueden venir e irse con el tiempo.

    Si ha pasado más de un mes y los pensamientos y sentimientos del trauma lo están molestando o causando problemas en su vida, es posible que tenga TEPT.

¿Quién desarrolla el TEPT?

    Cualquier persona puede desarrollar TEPT a cualquier edad. Algunos factores pueden aumentar la probabilidad de que alguien tenga TEPT, muchos de los cuales no están bajo el control de esa persona. Por ejemplo, tener un evento traumático muy intenso o duradero o lesionarse durante el evento puede hacer que sea más probable que una persona desarrolle TEPT. El TEPT también es más común después de ciertos tipos de trauma, como el combate y la agresión sexual.

    Los factores personales, como la exposición traumática previa, la edad y el género, pueden afectar si una persona desarrollará o no TEPT. Lo que sucede después del evento traumático también es importante. El estrés puede hacer que el TEPT sea más probable, mientras que el apoyo social puede hacerlo menos probable.

¿Cuáles son los síntomas

 del TEPT?

    Los síntomas de TEPT generalmente se manifiestan poco después del evento traumático, pero es posible que no aparezcan hasta meses o años después. Incluso pueden aparecer y desaparecer durante muchos años. Si los síntomas se prolongan durante más de 4 semanas, le provocan una gran angustia o interfieren con su vida laboral o personal, es posible que padezca de TEPT.

    Existen 4 clases de síntomas de TEPT, pero es posible que no sean exactamente iguales para todos. Cada persona puede experimentarlos de manera diferente.

    Existen cuatro clases de síntomas de TEPT, pero es posible que no sean exactamente iguales para todos. Cada persona puede experimentarlos de manera diferente.

1. Reviviendo el evento (también conocido como reexperimentación de síntomas). Recuerdos del evento traumático pueden regresar a cualquier momento. Puede llegar a sentir el mismo temor y horror que cuando sucedió el evento. Por ejemplo:

  • Puede tener pesadillas.
  • Puede sentir que está pasando por el evento de nuevo. Esto se llama retroceso o flashback.
  • Es posible que vea, escuche o huela algo que le haga revivir el evento. Esto se llama un desencadenamiento. Los informes de noticias, el hecho de ver un accidente o escuchar el petardeo de un auto son ejemplos de factores desencadenantes.

2. Evitando situaciones que le recuerdan el evento. Usted intenta evitar situaciones o personas que provoquen recuerdos del evento traumático. Quizás hasta evitar hablar o pensar sobre lo sucedido. Por ejemplo:

  • Puede evitar las multitudes de personas, porque se sienten peligrosas.
  • Puede evitar conducir sí estuvo en un accidente automovilístico o si su convoy militar fue bombardeado.
  • Si estuvo en un terremoto, puede evitar ver películas sobre terremotos.
  • Puede mantenerse ocupado o evitar buscar ayuda porque le impide tener que pensar o hablar sobre el evento.

3. Cambios negativos en creencias y sentimientos. El modo en que piensa sobre sí mismo y los demás cambia a causa del trauma. Este síntoma tiene muchos aspectos, incluidos los siguientes:

  • Es posible que no tenga sentimientos positivos o amorosos hacia otras personas y que se mantenga alejado de las relaciones.
  • Puede olvidarse de partes del evento traumático o no ser capaz de hablar de ellas.
  • Puede pensar que el mundo es completamente peligroso y no se puede confiar en nadie.

4. Sintiéndose acelerado (también llamado hiperexcitación). Puede estar nervioso, o siempre alerta y atento al peligro. De repente se puede enojar o irritarse. Esto se conoce como hiperexcitación. Por ejemplo:

  • Puede tener dificultades para dormir.
  • Puede tener problemas para concentrarse.
  • Puede ser sorprendido por un ruido fuerte o una sorpresa.
  • Es posible que desee tener la espalda a la pared en un restaurante o sala de espera.

¿Las Personas con 

PTSD Mejoran?

    Después de un evento traumático, es normal pensar, actuar y sentirse diferente de lo habitual, pero la mayoría de las personas comienzan a sentirse mejor después de algunas semanas. Hable con un médico o proveedor de atención de salud mental (como un psiquiatra, psicólogo o trabajador social) si sus síntomas:

  • Duran más de un mes.
  • Son muy molestos.
  • Interrumpe tu vida diaria.

    "Mejorar" tiene un significado distinto para cada persona. Hay muchas opciones de tratamiento diferentes para el TEPT. Para muchas personas, estos tratamientos pueden eliminar completamente los síntomas. Otros algunos que tienen menos síntomas o sienten que sus síntomas son menos intensos. Sus síntomas no tienen que interferir con sus actividades diarias, trabajo y amistades.

¿Qué tratamientos 

están disponibles?

    Hay dos tipos de tratamiento principales, psicoterapia (algunas veces llamada consejería o terapia de conversación) y la administración de fármacos. A veces, las personas combinan la psicoterapia y la administración de fármacos.

Psicoterapia para el TEPT

    Tres psicoterapias centradas en el trauma son los tratamientos más recomendados para el PTSD. "Enfocado en el trauma" significa que la terapia se enfoca en la memoria del evento traumático o su significado. Los 3 tipos más efectivos de psicoterapia centrada en el trauma son:

  • Terapia de Exposición y Prevención de Respuesta (EPR) en la que usted habla de su trauma en forma repetida hasta que los recuerdos ya no lo angustian. Esto le ayudará a ganar control de sus pensamientos y sentimientos asociados con el trauma. Usted también irá a lugares o hará cosas que son seguras, pero de los que se ha mantenido alejado debido a su relación con el trauma.
  • Terapia   Cognitiva Conductual (TCC) en la cual se aprenden habilidades para comprender la forma en la cual el trauma cambia sus pensamientos y sentimientos. Cambiar cómo piensa sobre el trauma puede cambiar su forma de sentir.
  • Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular (EMDR, por su enséñales en inglés) esta terapia consiste en enfocarse en los sonidos o movimientos de las manos mientras se habla sobre el trauma. Esto ayuda a que su cerebro pueda atravesar los recuerdos traumáticos.

Medicamentos para 

el TEPT

    Ciertos medicamentos pueden ser efectivos para tratar los síntomas del TEPT. Algunos medicamentos específicos se usan para tratar los síntomas del TEPT. Estos incluyen sertralina, paroxetina y venlafaxina.

¿Cuáles son los síntomas 

del TEPT en Niños?

    Los niños pueden tener los síntomas descritos anteriormente u otros síntomas según su edad. A medida que los niños crecen, sus síntomas son más parecidos a los de los adultos. A continuación, se detallan algunos ejemplos de síntomas de TEPT en niños:

  • Los niños menores de 6 años pueden sentirse angustiados si sus padres no están cerca, tener dificultad para dormir o exteriorizar el trauma a través del juego.
  • Los niños de 7 a 11 años de edad también exteriorizar el trauma a través del juego, dibujos o cuentos. Algunos tienen pesadillas o se vuelven más irritables o agresivos. También es posible que quieran evitar ir a la escuela o tener problemas con las tareas escolares o los amigos.
  • Los niños de 12 a 18 años de edad tienen síntomas más similares a los adultos: depresión, ansiedad, retraimiento o comportamiento irresponsable como el abuso de sustancias o huir de casa.


Comó saber si tengo TOC


"Sólo los terapeutas calificados pueden diagnosticar el TOC. Buscaran tres
características:

La persona tiene obsesiones.

La persona hace acciones compulsivas. 
Las obsesiones y compulsiones requieren mucho tiempo e inhiben la realización de actividades importantes para la persona, como el trabajo, estudio, etcétera. 
Si este es tu caso en la Clínica ALTOC contamos con personal calificado para apoyarte." 

Diagnóstico del trastorno 

obsesivo compulsivo (TOC)

    Las personas con comportamientos obsesivo compulsivos tienen pensamientos indeseados (obsesiones) ante los cuales sienten la necesidad de reaccionar (compulsiones). Para ayudar a diagnosticar el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), los profesionales de la salud mental usan la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés) 1  de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

    A continuación, presentamos los criterios de diagnóstico de manera resumida.

   Por favor, tenga en cuenta que están aquí solo para que usted se informe y que no deben usarse para autodiagnosticarse.

    Las obsesiones se definen según los dos aspectos siguientes:

  • Pensamientos, impulsos o imágenes mentales que se repiten constantemente. Estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales son indeseados y causan mucha ansiedad o estrés.
  • La persona que tiene estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales trata de ignorarlos o de hacer que desaparezcan.

    Las compulsiones se definen según los dos aspectos siguientes:

  • Conductas (por ejemplo, lavarse las manos, colocar cosas en un orden específico o revisar algo una y otra vez como cuando se verifica constantemente si una puerta está cerrada) o pensamientos (por ejemplo, rezar, contar números o repetir palabras en silencio) que se repiten una y otra vez o según ciertas reglas que se deben seguir estrictamente para que la obsesión desaparezca.
  • La persona siente que el propósito de estas conductas o pensamientos es prevenir o reducir la angustia, o evitar una situación o acontecimiento temido. Sin embargo, estas conductas o pensamientos no tienen relación con la realidad o son claramente exagerados.

    Además, se deben cumplir las siguientes condiciones:

  • Las obsesiones o compulsiones consumen mucho tiempo (más de una hora por día), o causan una intensa angustia o interfieren en forma significativa con las actividades diarias de la persona.
  • Los síntomas no se deben al consumo de medicamentos u otras drogas ni a otra afección.
  • Si la persona padece otro trastorno al mismo tiempo, las obsesiones o compulsiones no se pueden relacionar tan solo con los síntomas del trastorno adicional. Por ejemplo, para recibir el diagnóstico del TOC, una persona que padezca un trastorno de la alimentación también debe tener obsesiones o compulsiones que no se relacionen solo con los alimentos.

   El diagnóstico también debe indicar si la persona con TOC comprende que los pensamientos obsesivo compulsivos pueden no ser ciertos, o si está convencida de que son verdaderos (por ejemplo, es posible que alguien sepa que no es necesario revisar la estufa [cocina] 30 veces, pero que sienta que debe hacerlo de todas maneras).

    El diagnóstico también debe indicar si una persona con TOC tiene o ha tenido un trastorno de tic. Las personas con TOC y con trastornos de tics tienden a diferenciarse de aquellas sin antecedentes de trastornos de tics respecto de sus síntomas, la presencia de otros trastornos y la manera en que se manifiesta el TOC en la familia.